El equipo del oftalmólogo Dr. Nabil recomienda la primera revisión de la vista de un niño sano a los 3 años
En el momento del nacimiento, un bebé tiene una visión más reducida que un adulto y no es hasta la edad de 7-8 años cuando se madura completamente su visión. Durante todo ese tiempo, los ojos están sometidos a un proceso evolutivo en que puede sufrir alguna deficiencia que puede subsanarse si se detecta a tiempo. Por ello, desde el equipo del doctor Nabil Ragaei se recomienda una revisión de la vista en torno a los 3 años.
Concretamente, el especialista en oftalmología infantil, el doctor Daniel Gallardo, explica que hasta que la visión de los ojos de un niño madura completamente, que su desarrollo sea correcto depende de tres cosas:
- Todas las estructuras del ojo deben formarse correctamente, que no existan anomalías, no existan cataratas, debido a problemas de la retina o del nervio óptico.
- Ambos ojos deben estar correctamente alineados, que no tuerza ningún ojo, dolencia conocida como estrabismo.
- No exista ningún defecto refractivo, en definitiva, necesidad de usar gafas.
Gallardo insiste en que “aunque no haya anomalías evidentes”, la visión de un niño sano debe ser revisada alrededor de los 3 años de edad, “aunque no se note problema visual, puesto que hay problemas que no dan la cara, y en esa edad, todavía estamos a tiempo para corregir como es el caso del conocido como ojo vago”, advierte.
Asimismo, añade que la segunda revisión debe llevarse a cabo a los 7 años, “cuando ya se ha madurado, completado el desarrollo visual del menor”.
Desde el equipo de Oftalmología del Dr Nabil Ragaei aseguran que la importancia de un diagnóstico precoz en edades tempranas es “fundamental”. Por ejemplo, en casos, como el conocido ojo vago -la ambliopía- o el estrabismo.
“Si antes de los siete u ocho años no se ha tratado es muy complicado de recuperar”, alerta al respecto el doctor Gallardo.
Es por ello, que es muy importante, que el entorno familiar esté muy pendiente a los signos que pueden indicar que el niño tengan algún problema visual.
Los indicativos más frecuentes que se pueden observarse en un niño son:
- A partir de los 4 meses tuerza alguno de los ojos.
- Lagrimeo con legañas de forma frecuente.
- Frotamiento de los ojos constantemente.
- Molestias frente a mucha claridad.
- Torcer anormalmente la cabeza cuando quiera mirar algo.
- Acercarse mucho a las cosas.
- Así como cualquier anomalía que noten cuando estén jugando con juguetes, etc.
En caso de darse alguno de estos indicativos, desde el equipo de Oftalmología del Dr. Nabil Ragaei recomiendan llevar al niño lo antes posible al médico oftalmólogo especializado para que pueda evaluar y formular un diagnóstico. En su consulta cuenta con los medios para detectar cualquier anomalía o carencia visual.
Hay que recordar que desde cualquier etapa de desarrollo, desde recién nacido, el médico oftalmólogo puede detectar si existe algún problema para tranquilidad de los padres con los medios técnicos que existen actualmente.