EL “ojo seco” es la enfermedad del siglo XXI debido a las nuevas tecnologías
¿Sufre de picor o sequedad en los ojos? ¿O por el contrario le lloran constantemente?
Sufrir de “ojo seco” no es sólo una manera de hablar, es una enfermedad perfectamente estudiada. La superficie ocular es la zona del ojo expuesta a la intemperie desde la línea de pestañas de un párpado hasta el otro e incluye el borde de libre del párpado donde vierten sus secreciones las glándulas.
La mucosa conjuntival que cubre el dorso palpebral, los fondos de saco y el globo ocular hasta el limbo corneal y la córnea misma, como todas las mucosas, se debe mantener humedecida y esto se consigue por la secreción lacrimal basal de diversos tipos de glándulas contenidas en ella, sobre la córnea, que forma una película que se renueva con cada parpadeo y que tiene una compleja estructura en tres capas.
Una de mucus que cubre y alisa la córnea, la capa más gruesa es acuosa y contiene gran cantidad de sustancias nutrientes, antibacterianos, antivíricas, electrolitos como potasio, sodio, magnesio, manganeso (importantes para mantener el Ph), proteínas, inmunoglobulinas, proteínas, oxigeno, entre otras, y la tercera es una fina capa lipídica superficial que evita la evaporación.
Se puede llamar la enfermedad del siglo XXI porque actualmente estamos expuestos a un ambiente seco, contaminado y climatizado además realizamos más esfuerzo visual con todo tipo de pantallas desde cine, TV, ordenador, tabletas, móvil, etc. lo que reduce la frecuencia de parpadeo y aumenta el tiempo de renovación de la película lacrimal. Cuando una zona la superficie ocular se seca se inflama produciendo ésta toxinas que alteran más la compleja superficie ocular perpetuando la enfermedad.
El ojo seco se defiende de forma refleja produciendo más lágrima y echando mano de la lágrima del llanto emotivo, que tiene una fisiología distinta. El sistema lacrimal no es capaz de drenar el exceso y termina por verterse en forma de lagrimeo (epifora), por esto se conoce como lagrimeo paradójico pues es el ojo seco el que hace llorar.
Tanto la sequedad como el lagrimeo continuo del ojo puede afectar a la calidad de vida del paciente, causando ardor, sensación de arenilla, legañas e incluso pérdida visual. Y en último término puede derivar en infecciones oculares y de las vías lagrimales.
El lagrimeo también puede deberse a otras causas, como son el cierre del punto lagrimal, la obstrucción del conducto lagrimal, o una malposición palpebral (ectropión o eversión palpebral, entropión o inversión palpebral).
En nuestro servicio de oftalmología llevamos a cabo también el tratamiento médico y quirúrgico del ojo seco y de las vías lagrimales, así como la cirugía de los párpados por alteraciones estéticas, como en el caso de un exceso de piel o la caída de los párpados (denominada ptosis palpebral) , la extirpación de verrugas, quistes y tumores palpebrales.